Lycosa Hispánica, la araña que brilla en la oscuridad
Es una de las arañas de mayor tamaño de la Península ibérica, ya que los machos alcanzan una longitud corporal de 19 a 25 mm y las hembras 27 a 30 mm con una longitud total de 5 a 7 cm. De color marrón con tintes rosados, presentando dos franjas longitudinales oscuras perfiladas en el margen exterior y difuminadas en el interior. Ojos posteriores distorsionados. Ojos laterales posteriores separados entre sí una distancia inferior al doble de la que separa los medianos posteriores. Las patas son pardas y presentan una serie de manchas negras, blancas y amarillo-naranja muy contrastadas. Uñas pares de los tarsos con pocos dientes.
La Lycosa Hispánica es una araña propia de las llanuras esteparias, en ambientes soleados con poco recubrimiento vegetal, con matorral bajo. Las hembras excavan en el suelo nidos cilíndricos de unos 30 cm de profundidad y cuyo interior se encuentra tapizado de seda, con una elevación alrededor de la entrada, que se interpreta como protección para evitar la entrada de escorpiones. No suelen salir, cazando desde allí, en tanto que los machos deambulan cazando sus presas y buscando hembras con las que aparearse. Permanece en el nido durante el día y sale de caza por la noche, siendo sus presas invertebrados pequeños y practicando incluso el canibalismo. El cortejo tiene lugar en primavera, y avanzado el verano, la hembra construye un capullo en el que deposita un centenar de huevos, y lo expone al sol cabeza abajo en la salida del nido. Una vez eclosionan, las crías se suben al dorso materno para protegerse hasta que tienen cierto tamaño y pueden valerse por sí mismas. Su ritmo de crecimiento es bastante lento y tardan dos años en madurar sexualmente. La mayoría de los machos mueren durante ese su segundo año de vida al ser devorados por las hembras tras la cópula, en tanto que ellas pueden alcanzar los cuatro.