Valentina Tereshkova
Valentina Vladímirovna Tereshkova (en ruso: Валенти́на Влади́мировна Терешко́ва; Máslennikovo, Unión Soviética, 6 de marzo de 1937) es una cosmonauta, ingeniera y política rusa. Fue la primera mujer en ir al espacio, seleccionada entre más de cuatrocientos aspirantes y cinco finalistas para pilotar el Vostok 6, lanzado el 16 de junio de 1963. Completó 48 órbitas alrededor de la Tierra en sus tres días en el espacio. Sigue siendo la única mujer en hacer una misión espacial en solitario.
Antes de su reclutamiento como cosmonauta, Tereshkova fue una obrera que trabajaba en una fábrica textil y paracaidista aficionada (esta experiencia con el paracaidismo fue decisiva para considerarla candidata). Para unirse al Cuerpo de Cosmonautas, Tereshkova fue incorporada de manera honoraria a la Fuerza Aérea Soviética, siendo así la primera civil en volar al espacio. Después de la disolución del primer grupo de cosmonautas femeninos en 1969, fue un prominente miembro del Partido Comunista de la Unión Soviética, participando en varias oficinas políticas. Permaneció activa en la política tras el colapso de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y sigue siendo considerada una heroína en la Rusia postsoviética.
En 2013, se ofreció para viajar a Marte si le daban la oportunidad. En la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Sochi 2014, corrió con la bandera olímpica.
Culminada la Segunda Guerra Mundial, los científicos alemanes que trabajaron en el V2 fueron capturados tanto por Estados Unidos (Operación Paperclip) como por la Unión Soviética (Operación Osoaviajim). Los Estados Unidos y la Unión Soviética se embarcaron en una Guerra Fría de espionaje y propaganda, alimentada por la exploración espacial y la tecnología de satélites en ambos frentes. El equipamiento a bordo de satélites podía espiar a otros países, con cámaras de fotos y señales de radar, mientras que los logros espaciales servían de propaganda política, para demostrar la capacidad científica y el potencial militar de un país.
Los mismos motores cohete que podían poner en órbita un satélite o alcanzar la Luna, podían lanzar una bomba atómica a una ciudad enemiga cualquiera, haciendo uso de misiles balísticos intercontinentales (ICBM). Gran parte del desarrollo tecnológico requerido para el viaje espacial se aplicaba tanto a los cohetes de guerra como a los ICBM. Las dos superpotencias trabajaron para ganar ventaja en la investigación espacial, incrementando la capacidad de sus lanzadores, naves y satélites artificiales.
Etiqueta:Carrera espacial, Valentina Tereshkova