Los videojuegos como arte.
“Los videojuegos no pueden ser un arte.”
Esta es una afirmación que se ha escuchado mucho, debido a la imagen que muchas personas tienen de los videojuegos como poco más que una adicción inductora de violencia (apoyándose principalmente en excepciones, pero vengo aquí para eso). Sin embargo, la cualidad de la adicción o la violencia no tiene por qué indicar si algo es Arte o no, pues ríos de sangre han corrido por libros, esculturas y pinturas y lo que representaban.
Es por eso que he decidido exponer aquí mi posición a favor de que los videojuegos sean reconocidos oficialmente como el octavo Arte (un término, que aunque está muy expandido, no termina de calar).
“¿Y por qué no?”
Antes de meterme en el dominio de los videojuegos, me gustaría hablar de las 7 disciplinas oficiales del Arte, sobre todo la séptima.
De los griegos heredamos 6 grandes familias del Arte:
-Pintura, escultura y arquitectura (plásticas)
-Literatura (literaria)
-Música y danza (musicales)
Estas artes podían mezclarse entre sí: de la literatura y la música surgieron los teatros, las tres artes plásticas se relacionaron fuertemente en frescos y relieves, y la música y la danza siempre han ido acompasadas (badum-ps); siendo siempre la suma de sus partes. Ni más ni menos.
Sin embargo, llegó aproximadamente hace un siglo un nuevo miembro a la familia de las artes tradicionales: el cine.
Más que la suma de sus partes.
En un principio, y en teoría, el cine no es más que teatro grabado: actores siguiendo un guión, captados en cámara. Esto resultó ser una grave equivocación.
Los efectos especiales, creados por George Méliès, demostraron que el cine permitía crear más de lo que cualquier dramaturgo se pudiera imaginar. Los ángulos de cámara y las actuaciones más realistas que en el teatro (algo que mejoró cuando el sonido llegó a la pantalla grande) sólo acentuaron más esta diferencia. El mundo de las Artes estaba conmocionado: por primera vez en milenios de Historia, esta nueva expresión de arte era más que la suma de sus partes.
Tras algo de debate, el cine fue considerado oficialmente su propia rama del Arte en 1923, 28 años después de su aparición, recibiendo el título de séptimo Arte.
El octavo Arte…
Así pues, deberíamos poder usar este mismo criterio para determinar si los videojuegos deberían ser un Arte o no: saber si son más que la suma de sus partes.
Desde la salida al público de Pong en 1972 hasta las elaboradas bandas sonoras de Hollow Knight o Baldur´s Gate 3, pasando por el famoso politono de Super Mario Bros, el sonido ha sido una parte esencial de los videojuegos, al igual que en el cine. El sonido y la música no son solo elementos fáciles de recordar, sino que permiten ligar de mejor manera eventos con emociones.
La presencia de las artes plásticas como la pintura también es notable, sobre todo en juegos más modernos en los que se pueden observar una mayor dedicación al apartado gráfico, además de un mayor número de mejores medios. Y tanto el relajante pixel-art de Stardew Valley hasta los extensos y magníficos paisajes de The Legend of Zelda: Breath of the Wild ayudan a transmitir las intenciones y objetivos del videojuego.
Por supuesto, la literatura tampoco se queda atrás. Muchos videojuegos, al igual que muchas películas, poseen no solo la historia que cuentan, sino también más historia de trasfondo. Este trasfondo hace la experiencia aún más disfrutable si uno se toma la molestia de descubrirlo. Los juegos de la compañía VALVe (madre de los videojuegos actuales), como Portal o Team Fortress 2, son un gran ejemplo de esto. El trasfondo no es necesario, pero si se conoce, se pueden entender muchas más referencias y sucesos.
Hasta el cine se puede encontrar en los videojuegos, con las cinemáticas tomando cada vez más relevancia en la industria, ya sea como promoción para el juego o como parte de la historia del juego. Elden Ring y Metal Gear Rising: Revengeance, por poner dos de muchos ejemplos, usan las cinemáticas para narrar partes de su historia.
Videojuegos como arte: una forma de expresión única | https://www.tokioschool.com/noticias/videojuegos-como-arte/ |
¿Son arte los videojuegos? | https://psicologiaymente.com/cultura/son-arte-videojuegos |
Los videojuegos como arte | https://www.bbc.com/mundo/noticias/2012/03/120316_tecnologia_arte_videojuegos_smithsoniano_dp |
Entonces, ¿son los videojuegos un derivado del cine, viendo en cuánto se parecen?
No, pues hay algo crucial que los separa, aquello que tantos, entre los cuáles me incluyo, consideramos que los videojuegos son el octavo Arte: la interactividad.
…y aquello que lo hace su propio Arte.
La interactividad es la clave de los videojuegos como Arte. Salvo que se sea el autor, uno no puede alterar el curso de una historia, o interactuar con un cuadro para cambiarlo sin que deje de ser el mismo cuadro. Sin embargo, en los videojuegos el control es del jugador, de aquel que experimenta la obra. Este maravilloso hecho hace que un mundo tan extenso como Hyrule pueda ser explorado, o que un pueblo tan colorido y variopinto como Puerto Pelícano y sus habitantes puedan ser descubiertos, y que uno pueda encariñarse con ellos. Es lo que permite sumergir a un jugador en la atmósfera decadente de Yharnam mejor que cualquier libro, o sentir más terror por una nota de piano grave en Fear & Hunger que por ninguna aberración del cine de terror. Es lo que permite levantarse tras haber muerto 100 veces en The Outer Wilds y seguir explorando, a pesar de saber que a tu sistema solar le quedan unos 20 minutos de existencia.
Lo que hace a los videojuegos el octavo Arte es su capacidad de sumergir a aquellos que lo experimentan en un mundo ajeno, y permitirles interactuar con él. Les permite ser protagonistas de esas historias, y vivirlas y sentirlas, a la par que crea momentos memorables durante la aventura.
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