La paradoja de Fermi por José Luis Usero Vílchez

La paradoja de Fermi establece que, dada la cantidad de estrellas y planetas (el reciente estudio de exoplanetas nos indica que la mayoría de sistemas estelares tienen planetas) y el tiempo pasado, alguna civilización debería haber dado señales de vida y, sin embargo, no lo ha hecho. ¿A qué puede ser debido esto?
En la historia humana es obvio el afán de exploración. Siempre hemos querido salir, explorar, ir más lejos. Nos encontramos en el momento de la Historia en el que estamos a punto de empezar a visitar otros planetas. Si hay otras civilizaciones en nuestra Vía Láctea, ¿tendrán el mismo afán de exploración? Y si exploran, ¿por qué no nos han visitado?
Los viajes interestelares son imposibles. Quizás podamos crear naves espaciales que viajen pero, dado el tiempo y la distancia, no han llegado. Se han intentado crear naves generacionales y mandar a personas en animación suspendida y se han quedado perdidos en el espacio. Además, sin un objetivo claro, es posible que hayan viajado en todas direcciones menos en la exacta que viene hasta nosotros. En muchas historias de ciencia-ficción se ha teorizado sobre la posibilidad del viaje interestelar plegando el espacio o mediante agujeros de gusano, pero la tecnología necesaria para ello no es posible de desarrollar físicamente. Así, estamos limitados a ser islas en el infinito océano de la galaxia, sin barcos que nos puedan llevar de unas islas a otras.
Y aunque los viajes interestelares fueran posibles, las civilizaciones avanzadas no nos consideran lo suficientemente desarrollados para ponerse en contacto con nosotros. Una civilización como la nuestra, que ha estado a punto de entrar en un conflicto nuclear que hubiera acabado con la Tierra, en la que las guerras todavía se producen, quizás sea considerada poco avanzada para entrar en una imaginaria Liga Galáctica de Planetas, una especie de ONU galáctica en la que están representadas las civilizaciones que han llegado a un mínimo de desarrollo no solo tecnológico, sino también “humano”. La empatía es lo que ha hecho que se desarrollen las sociedades humanas: fue la primera persona que ayudó a otra que tenía una pierna rota la que hizo que pudieramos empezar a avanzar como sociedad. Una civilización poco empático como la nuestra, que mata animales por diversión en plazas de toros, quizás no sea considerada lo suficientemente avanzada para ser considerada inteligente. ¿Cuáles serán las condiciones de entrada en esa Liga de Planetas? Parece que un nivel tecnológico suficiente para viajar por el espacio. Aunque esas civilizaciones nos podrían enseñar los rudimentos del viaje espacial una vez que se pusieran en contacto con nosotros. Por tanto, consideramos que no nos consideran avanzados a nivel cultural y, teniendo en cuenta que creamos música como el reggaeton, no es de extrañar.
Hay argumentos más imaginativos que hemos podido ver en películas y series de televisión. Simplemente, somos un criadero de carne. En algún momento vendrán a recolectarnos como si fuéramos ganado como en la serie de TV de los 80 V, Invasión Extraterrestre. O somos un experimento genético de una raza muy avanzada que está estudiando cómo nos relacionamos y comunicamos, como imaginaba Asimov en su historia El chistoso.
Algunos científicos están en contra de que envíamos señales al espacio porque nos hacemos localizables y vulnerables ante ataques de civilizaciones belicosas. Otras voces abogan porque todo debe ser hecho en aras de aumentar el conocimiento científico.
No podemos tener una respuesta segura porque son tantas las variables que influyen en la respuesta que solo podemos hacer suposiciones más o menos fundamentadas en datos. Pero sí podemos pensar en que en nuestra galaxia hay cientos de civilizaciones que nos pueden estar buscando como nosotros a ellos. ¿Qué ocurriría si nos encontráramos? ¿Si pudiéramos intercambiar información? ¿Son el resto de biologías similares a la nuestra o el “formato humano” y la base de la vida en el ADN son exclusivos de la Tierra?