Frances Allen
Esta informática se unió a IBM en 1957 endeudada por sus estudios y se quedó allí hasta su jubilación 45 años después. Trabajó en el centro neurálgico de la Inteligencia Artificial, donde destacó por sus tareas con compiladores (programas informáticos que traducen el lenguaje de programación al común), en la creación de códigos y en los paralelismos (los sistemas que permiten que un ordenador haga varias tareas a la vez). Fruto de todo ese trabajo, recibió en 2006 el Premio Turing, un premio que otorga la Asociación para la Maquinaria Computacional a quienes contribuyen al desarrollo de esta materia. Se convirtió, así, en la primera mujer de la historia en recibir este galardón. En la actualidad forma parte de la Academia de las Ciencias de Estados Unidos y del Salón de la fama de la asociación Mujeres en la Tecnología Internacional.